Para quien no conozca el talento del gran Erlend Øye, concretar que The Whitest Boy Alive es el proyecto paralelo de este gran músico y compositor noruego que también forma el 50% de los imprescindibles y aterciopelados Kings of Convenience.
The Whitest Boy Alive comenzó siendo un proyecto basado en la electrónica, pero en su buen hacer tomaron un giro de 180º y basan su sonido en batería, bajo, guitarra, Fender Rhodes, sintetizador Crumar y la voz de Øye. Nada más. Créeme, no necesitan nada más.
Posiblemente este sea uno de los discos que más me gusta cómo suenan. La producción es mínima, austera casi diría, limpia, efectiva...perfecta.
The Whitest Boy Alive a veces son bailables, a veces más soul, a veces más soft-rock, a veces más funk, a veces más disco, pero siempre y digo SIEMPRE son impecables en su ejecución, en sus canciones, en su sonido y sobre todo tienen algo de lo que muy pocas bandas pueden presumir: son una auténtica delicia para tus oídos y para tu stereo. Es una de las bandas de escucha más agradable que conozco.
Todo es tan increíblemente físico en este álbum, tan orgánico y tan a la vez preciso que resulta impresionante y asombroso. Te preguntarás "cómo lo hacen?" mientras escuchas este "Rules", y además en cuanto menos te des cuenta te habrán enganchado para siempre jamás.
No me extiendo más, este post es uno de esos de los de "let the music do the talking".
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